Vector X – Luis Antonio Vidal @vidal_38
(SEGUNDA Y ÚLTIMA PARTE)
Andrés Manuel termina su discurso. Baja del improvisado templete. Camina entre la gente, lo besan, abrazan, la selfie, las gestiones que turnan a Adán Augusto. Viste guayabera de lino en color beige, para esas horas ya empapada de sudor.
Lo atajo entre los apapachos y le entrego una foto en blanco y negro, tomada hace más de 30 años, donde él aparece sentado, en diálogo con un abogado tabasqueño.
Le sorprende, se sumerge en el recuerdo durante casi veinte segundos, mirándose en el espejo del pasado, patillas largas y espesas, nariz perfilada, camisa arremangada.
«Hace mucho tiempo de eso… es tu archivo, consérvala», me dice mientras obsequia una sonrisa de agradecimiento.
Aprovecho el instante para entrar al tema político y conocer su opinión sobre los diputados electos de Morena (2015), próximos a asumir el cargo: «Deben estar del lado del pueblo, no del gobierno, que defiendan al pueblo de Tabasco, que no sean alcahuetes del gobierno, esa es la actitud que deben tener».
Hago referencia a lo sucedido a Morena en la Asamblea Legislativa de la CDMX (donde no le dieron cargos importantes en las comisiones), y surge el nombre de Néstor Núñez, representante de ese partido por la delegación Cuauhtémoc.
«Él pertenece a Morena –dice Andrés Manuel- es legislador… una cosa es lo que está haciendo su papá aquí, lo mal que está gobernando, y otra cosa lo que hace su hijo allá».
Antes de subir a su camioneta, le pregunto sobre su encuentro con el Papa Francisco. Pone su mano derecha en mi hombro izquierdo, se apoya entrado en confianza, atenúa el tono de la voz y me comenta con peculiar orgullo:
«Fue una muy buena experiencia porque es un Papa cristiano, misionero, que ha sabido ganarse la simpatía de millones de creyentes, no sólo de católicos».
SE DESPIDE CON UN APRETÓN DE MANOS.
Ya es de noche. No importa el mosquito y el calor, ahí sigue la multitud arremolinada en torno a López Obrador, buscando la foto.
¡Ah qué don Andrés Manuel! Genio y figura, héroe y villano, demócrata y autoritario, amado y odiado, pero a final de cuentas, con sus claroscuros, es un chingón (octubre/2015).