Vector X – Luis Antonio Vidal @vidal_38
Aída Margarita Flores Díaz, delegada local de la Secretaría de Relaciones Exteriores, tiene los días contados en Tabasco.
En julio será removida y remitida a la oficina consular de México en Cuba. Así acabará, por fin, la pesadilla de los tabasqueños que necesitan tramitar algún documento en esa dependencia.
Una enorme lista de agravios a un sinfín de ciudadanos dejará en esta tierra la señora, una especie de burócrata de los años 70´s, anticuada, intratable, arrogante.
Después de lo aquí escrito el pasado viernes, sobre la grosera actitud de doña Aída con los familiares de Rosa Isela Zavala, fallecida en el avionazo en Cuba, quien esto escribe ha recibido diversos comentarios y todos coinciden: disfruta humillar al ciudadano, someterlo a su autoridad, pisotearle sus derechos.
Un ex empleado de esa oficina le platicó al columnista: “Trae muchas frustraciones personales y se desquita con la gente”. Otro compartió su experiencia: “A mi esposa embarazada no le permitieron entrar a la oficina para acompañarme a hacer un trámite. El vigilante dijo que tenía que esperar en la calle por órdenes de la delegada”.
Insuficiente es el espacio para relatar tanta bajeza.
Flores presume formar parte del Servicio Exterior Mexicano, tener en su trayectoria maestría en estudios internacionales y haber pasado por cancillerías en unos algunos países. Ningún grado de estudios ni hoja curricular valen algo si al ciudadano se le da un trato rupestre, de hiriente ironía.
Bien dice Mateo en el buen libro: “Lo que de tu boca sale de tu corazón procede y eso contamina al hombre”.
¿Sabrá Luis Videgaray que por funcionarios así la gente mienta mil maldiciones contra el gobierno de Enrique Peña?
En poco tiempo terminará esta pesadilla. La señora se irá a Cuba y se llevará sus modales ordinarios. Ojalá allá le dispongan un escritorio en un rincón donde a nadie haga daño.
Así sea.