Vector X – Luis Antonio Vidal @vidal_38
Bajo los auspicios de la ingenuidad y del protagonismo, diputados locales de Morena, Verde y PRI se pronunciaron, en sesión legislativa del pasado martes, por solicitar la comparecencia de los secretarios de Finanzas, Salud y del director del Colegio de Bachilleres.
Acaban de entrar al cargo y ya buscan afanosamente verse en las páginas de los diarios locales, escucharse en la radio, sentirse adulados por la masa pueblerina lacerada por el desaseado manejo del erario estatal.
Amantes de la retórica, del aplauso fácil, algunos principiantes en el quehacer legislativo como Manuel Gordillo, Ingrid Rosas y Katia Ornelas presumieron las baratijas de su discurso y exhibieron la superficialidad de reflexión.
Sobrada es la razón del pueblo para manifestarse, pero infértil es el parloteo posado para el lucimiento personal, sin mayor información de cuanto ocurre en cada dependencia.
El resorte del juguete nuevo los motivó a pronunciarse a la ligera, en algún caso llevados por chismes de un desprestigiado ex lidercillo sindical que cometió mil pillerías solapadas en sexenios anteriores.
Ya me imagino las reacciones de algunos lambiscones: “¡Ay comadre, qué valiente te viste en la tribuna del Congreso; así se hace”.
Simples llamados a misa de los vendedores de esperanzas.
¿Y si mejor primero se informan y luego hablan? ¿Y si mejor van a tocarles las puertas a los funcionarios y les piden cuentas sin tanto trámite?
Con la mano en la cintura, el gobernador Núñez bien podría recetarle la misma respuesta que a los proveedores: “Están en su derecho de hacer acciones, (pero eso) no quiere decir que tengamos la disponibilidad para pagarles, eso no me va agregar un quinto en la posibilidad de pagarles”. Se ha de reír de la inútil “valentía” legislativa.
Sólo con el tiempo aprenderán los diputados a saber cómo, cuándo y dónde dar un martillazo, no un disparo de resortera que sólo asombra y espanta a los ingenuos.
En pocas palabras, los perros viejos ladran echados.
