Austeridad, ootra vez

Si Morena tiene en la imagen de Benito Juárez el estandarte del santo patrono de la cuarta transformación, entonces la austeridad se impone como estilo de los gobiernos surgidos de ese movimiento.
Puntual y con hermosa expresión literaria, el Quijote describe también, en sus consejos a Sancho, la belleza de la sencillez en quien conduce a un pueblo, al recomendarle hacer gala de la humildad de su linaje “préciate más de ser humilde virtuoso que pecador soberbio”.
Hoy, la modestia viste a la moda y se recurre a todo lo mediáticamente plausible: apretar el gasto, recortar salarios, eliminar compensaciones, reducir viáticos, suspender dotación de combustibles y demás.
En medio de la infértil tierra de la crisis económica, como cualquier principiante los gobernantes buscan sacar agua de las rocas como Moisés y afilan la tijera del recorte.
Químico como es, Andrés Granier aplicó la fórmula de la austeridad con la reingeniería administrativa cuyos efectos demolieron su popularidad con resultados devastadores en las elecciones del 2012.
Le explotó el laboratorio en el rostro y terminó internado en Tepepan.
Arturo Núñez reclamó su espacio en el registro de los austeros. En 2013, recién iniciado su gobierno en Tabasco, habló con tal seriedad que todos le creímos.
Emitió un decreto para recortar, entre otras cosas, salarios a funcionarios de primer nivel y mandos medios, disminuir el arrendamiento de oficinas y hacer eficientes los servicios de energía eléctrica, telefonía y otros consumibles.
Ya sabemos cómo acabó. El dispendio y el saqueo.
En 2019, ootra vez la austeridad entra sin tocar la puerta.
A ver…

La Morralla
Vaya paquete que le dieron a Ariel Cetina. Le encargaron hacer maravillas con un Frankenstein surgido de la fusión del Servicio de Empleo y el Ifortab. Tiene una ventaja: sabe hacer política, no grilla barata * Mientras AMLO presume su tabasqueñismo, en Tabasco el presidente de los Olmecas, Juan Carlos Manzur, pone a la venta los “Season Pass 2019”. Que no manche ***Hasta el domingo.